Mi casa

 Algún día ondeará en lo más alto la bandera negra de mi vida, mientras sigue en construcción mi casa. Esa casa loca y cambiante, hogar del frio y la verdad, siempre con luz propia aunque conectada a la corriente. Tiene mi casa ventanas que dan a tu patio en primavera, donde intercambiamos miradas y bailamos hasta que el sol nos despide. Tiene mi casa también en sus armarios los restos del camino, las pisadas y el polvo que mancha las alfombras, recorren el suelo y el robusto reloj de arena tallado por el hombre colgado en la entrada.
Mi casa es la melodía que me anima a continuar, mi casa es el  laberinto y las criaturas que se esconden dentro de él. Mi casa es el Rock and Roll, donde suena mi guitarra. Mi casa es un barco cargado de deseos flotando en la mar sellada, a orillas de tu cama, gobernada por un viejo corsario holandés que añora su libertad. Mi casa son las personas y sus golpes en salud, mi casa es el bosque de los sueños y yo soy su leñador. Mi casa son los enfermos, mi casa es un hospital, mi casa es sufrimiento pero también felicidad. Mi casa es el punto y seguido y también el punto final.


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